La vida es injusta para la gente como yo...yo no pedí tener un cerebro, vale?

samedi 11 septembre 2010

aclaración sobre el feminismo



El otro día hablaba de feminismo y creo que mis palabras pudieron confundirse. De repente me vi quemada en vuestras mentes como las brujas de Shalem, pero en versión moderna. Como si quisiera volver a los años 20, o a la sección femenina, y créanme, nada mas lejos de la realidad.
No soy machista, para nada…nunca lo he sido, pero me revienta en el bajo vientre que me digan que soy feminista. No lo soy, eso está pasado de moda, como el comunismo y la monarquía. Hay cosas que tienen sentido en su momento y luego hay que dejarlo ir; nos pasó con los pantalones campanas y con las cazadoras vaqueras, y aunque no queramos verlo, con el feminismo también.
Ya pasó la época de quemar sujetadores como metáfora de la opresión, y conste que yo lo hubiera hecho, que a mi lo de quitarme el sujetador no me cuesta nada. Hay muchas guerras que luchar por la mujer, muchas muchísimas, y cada una de ellas merecen que todo el mundo salga a la calle a denunciarlas y que yo suba los decibelios de la discusión y se me ponga una mala hostia digna para la ocasión; vale, si, hasta ahí todos de acuerdo, pero cuando ya dices feminismo…pues, mira, por ahí ya no.
Porque el feminismo acaba siempre malentendiéndose y tu tienes que joderte y sonreír, y asentir con la cabeza y encima sentirte halagada, porque esa gente lo hace por ti, para defenderte; los nuevos feministas deciden quemarte, quieras o no, el wonderbra, que ya no oprime sino realza, y dicen que lo hacen por ayudar.
Medidas como la paridad obligatoria en nombre del feminismo me molestan soberanamente, sobretodo porque yo no querría quitar el puesto a un hombre más válido que yo solo para rellenar un cupo, ni quiero dormir con la duda de si así ha sido; o bueno, que me lo quite a mi un señor porque ya éramos suficientes féminas en plantilla y solo podíamos ser de la mitad. ¿Pero nos hemos vuelto locos o que? No puede ser que una medida para acabar con la discriminación sea más discriminatoria que la situación natural en sí misma. Medidas de conciliación laboral, si,; medidas de asunción de riesgos por embarazos, sí; que me diga un señor como llevar la empresa o que no sean mis méritos si no una ley la que me de un puesto de trabajo, no.
Y como prometí no hablar de política (y no estoy llevando a cabo mi propósito) hablo de feminismo en otros ámbitos. El feminismo de la mujer que para demostrar que ella no es menos que nadie bebe como el que más, eructa y fuma como un carretero, dice palabrotas y te da la impresión de que se va a rascar los huevos de un momento  a otro.Hemos confundido feminismo con ordinariez, y nos creemos que como queremos ser iguales debemos copiar a los hombres en todo lo malo, y se nos está yendo de las manos.
Yo creo en la libertad sexual de la mujer, eso significa que haga LO QUE QUIERA. Y si lo que quiere es salir a la calle a apuntarse hombres como si de una colección de capullos se tratase, pues muy bien, y me indignaré si algún “machote” la llama puta por conseguir en 10 minutos lo que a él le cuesta toda la noche de buitreo y una pasta en invitar a copas. Pero eso si, hacerlo para demostrar que puedes hacerlo, no; el feminismo que grita mujeres al poder y nos tiene dándonos codazos cada vez que pasa algo del sexo opuesto catalogable en jerga de carroñeros como comestible, es soez, es vulgar y no es típico de nosotras; (en verdad no debería ser típico de nadie)
Un corte de pelo a lo garçon, si; que se rebajen las exigencias a las valientes opositoras en las pruebas físicas para ser bombero para que entren más mujeres, no. Dividir la cuenta, o mejor todavía pagar una ronda cada uno, si; poner cara de imbécil y esperar que él pague pero luego gritar a los 4 vientos que tu odias a los machistas, no. Tomar las decisiones laborales y familiares (de ambos) en conversación con tu pareja y que lleguéis a un equilibrio vuestro propio y personal, si, que para demostrar lo válida que eres trabajes el doble de horas que él y encima te hagas cargo de la casa, no.
Las luchas que nos toca pelear ahora son la de las mujeres en un tiempo en el que se empieza a hacer justicia, en que la educación empieza a hacer mella y  que gracias a las que se dieron cuenta de que algo no iba bien ahora tenemos una situación legal envidiable, y eso implica que nosotras deberíamos ser justas también. No vale ponerle la etiqueta del feminismo a cualquier cosa y seguir pidiendo y gritando y tocando los cojones con exigencias absurdas para calmar a la revolucionaria aburguesada que llevamos dentro.
Se escucha que los hombres cobran más que las mujeres por los mismos trabajos, pero se ha demostrado que cuando dicen “mismos trabajos” no incluyen el número de horas que las mujeres dedicamos a la familia, a bajas para llevar a los niños al hospital, al número de horas extras que decidimos no dedicar a la empresa para dedicar a nuestro marido, a los niños y al perro Bob. Y me parece bien esa decisión, y me parece igual de bien quien no la toma y se dedica al 100% a su trabajo, o la que deja de trabajar y se dedica a la familia, solo pido que no seamos cínicos y gritemos en rebaño al coro de un montón de nada.
A mujeres a las que las apedrean por ser violadas, a las que ponen un burka, a las que les repiten desde pequeñas que son objetos y pertenecen a papá. Hay chicas que tienen carreras y permiten que sus novios las humillen en publico, y las hay que tienen sexo con sus parejas por evitar una discusión, aunque cada vez que lo hagan se limen un poco la autoestima. Hay madres que siguen pidiendo a sus hijas que hagan las cosas de casa mientras sus hermanos juegan al ordenador, y jóvenes que dejan conducir automáticamente a sus parejas sus coches porque asumen que su papel es el de copiloto, y comentarios como “hola puta, hola zorra” entre amigas de 15 años. Eso, me preocupa…y mucho, y ahí es donde hay que trabajar, pero hay otras cosas que se solucionarán por mera inercia. Ya somos mayoría llamativa en las universidades, que los puestos de alto nivel sean mayoritariamente nuestros es solo una cuestión de tiempo.
Dios, odio cuando me pongo tan afectada y empática, cuando me dan ganas de exponer al mundo mis ideas y dar un tirón de orejas a ciertos aspectos culturales. Odio cuando me pongo tan sincera, pero feminista…no, feminista no!

1 commentaire:

  1. perlita este blog.
    el problema es que la palabra feminismo esté tan mal vista. si queréis lo llamamos "manzana". si en el fondo todas pensamos lo mismo (bueno, las que lo pensamos, todavía está quien piensa que la mujer tiene que ser recta, recatada y femenina porque "es su naturaleza")

    RépondreSupprimer