La vida es injusta para la gente como yo...yo no pedí tener un cerebro, vale?

jeudi 12 août 2010

dieta

no es que la necesite, vale…a ver que os vais a pensar o come me vais a imaginar…que por muy anónima que sea la página odiaría que me engordarais en vuestras mentes. Bueno, vale, tampoco tengo cuerpo de top model, no hace falta que exageréis en vuestra imaginación. Estoy…como cualquiera de las chicas del metro, o del bar, o de la salida de la universidad. A ver, una mezcla entre anoréxica repintada del Breshka y normal-un-poco-pasada-de-kilos-pero-agradable del Starbucks.

Aclarada mi forma física volvamos al asunto que nos ocupa hoy. La dieta, o la no dieta…o como cuanto más decides hacer dieta más comes. Tengo que estar 3 días en casa, porque después me voy de viaje, y he decidido aprovecharlos para depurar cuerpo y mente. Todo es culpa  de la puta báscula (seguramente rota y cruel) de casa de un amigo. Si bien yo no me creo nada de lo que digan las basculas que no dicen lo que yo quiero oir, (asi, por principio)  me he dado cuenta de que puede que sea verdad que este verano se me haya ido de las manos y haya cogido un par, o tres…vale 4! kilos de mas; y como mi viaje del jueves promete playa y sexo he decidido perder, al menos 3, o 2…vale, me conformo con 1 en un tiempo record.
Así que nada, mens sana in corpore sano, que decían los griegos (los de antes, no los de la crisis)…estos días me dedico al estudio, al té y a la meditación (si entendemos por meditación redes sociales).

Empieza mi pseudo-dieta, así que cuando me levanto desayuno galletas integrales (que saben a pasto) y un zumo de naranja natural (dice el bote que 100% natural, y como es lo que quiero oír, me lo creo). A las 12.30 me estoy muriendo de hambre y vuelvo a la cocina y me preparo un té, para ser exactos casi un litro de té (al que por supuesto hecho azúcar), y  me deleito con la sensación de hambre (es como cuando algo escuece y te dices a ti mismo que es porque esta curándote). Si tengo hambre es que mi cuerpo ya ha quemado todo lo que había en el estomago y ahora va a empezar con los 4 kilos de mi trasero (no, hijos, a las tetas ni 100 gramos)
Sigo con mi placentera vida, me hago a las dos una menestra…echo agua y un poco de aceite, vale, me he pasado con el aceite, pero es que si no no sabe a nada…luego berenjena, y calabacín, y tomate y cebolla…luego rallo medio queso parmesano para darle sabor  y finjo que el queso no engorda…me lo creo y el olor me seduce. Bon apetit.
A la hora de la merienda estoy del te hasta los cojones, y robo una magdalena hipercalórica de la caja y me pongo como excusa que el trabajo mental es un gasto casi inagotable de energía y para compensar intento hacer deporte, o lo que es lo mismo, escribo en el planning del día que luego haré deporte (el planning y yo sabemos que no es cierto).
Intento cenar zanahorias crudas y tomates cherry para limpiar mi conciencia y potenciar el moreno, pero cuando me canso de comer, porque llevo media hora como un conejo y sigo teniendo hambre, me preparo una tortilla con atún y cebolla. Rompo el planning y veo una comedia romántica con mi mac en la cama.
Ojala mis amigas me llamaran para hacer spinning y no para “tomar algo” ojala me encantara el deporte para no tener que decirme a mi misma que las chicas blanditas también tenemos nuestro publico…ojala fuera rubia y mi genética envidiable me hubiera dado un metabolismo estresado un estomago enano y una distribución de la materia grasa de acuerdo a los cánones de belleza de hoy en día (porque en la época de las tres gracias ser rubia no tenía ni pizca de glamour)

Me miro al espejo y me veo estupenda…me convenzo a mi misma que tengo muy buena cara, el vientre plano y el culo de la J.Lo, bailoteo tres segundos y doy por finalizada la dieta. Creo que, en mi caso, será mens sana in corpore felice

Aucun commentaire:

Enregistrer un commentaire